sábado, 5 de marzo de 2011

Soylent Green

Según la FAO (Food and Agriculture Organization), 15 de las 17 pesquerías mas grandes del planeta se encuentran agotadas o sobre explotadas.  Esta aseveración está basada en un estudio de largo alcance desarrollado por un grupo de científicos en ciencias del mar contratados por esta Institución.  Se concluye en este trabajo que el 90% de los grandes peces (atún, pez espada, y bacalao) han sido eliminados en los últimos 50 años. 
El índice trópico marino (un índice creado por la organización “El Oceano a nuestro alrededor” Sea around Us Project) diseñado para investigar el impacto de las pesquerías en los ecosistemas marinos. Ha observado la misma tendencia. Se demostró desde finales de la década de 1990 que la media estadística del nivel trópico de las pesquerías está disminuyendo.  Esto quiere decir que las capturas globales consisten cada vez mas en peces mas pequeños situados mas abajo en la cadena trófica este fenómeno es denominado  pesca hacia abajo en los tejidos alimenticios marinos.
Debido a la disminución catastrófica de los grandes peces, los peces del siguiente eslabón de la cadena alimenticia han experimentado un impulso en el crecimiento de sus poblaciones.  Este impulso temporal de la población de peces crea una ilusión de abundancia, el esfuerzo pesquero ahora está dirigiéndose a estos peces en ese nivel trófico y eliminará en pocos años este nivel de la cadena trófica para dirigirse al siguiente nivel más básico hasta llegar eventualmente al plankton.
Según el científico marino de la Universidad de British Columbia Daniel Pauly, el futuro de  de los alimentos marinos consistirá en “sándwiches de medusas”.  Según otro estudio reciente, si se continúa con este ritmo de explotación marina, en menos de 50 años tendremos el desierto más grande del planeta situado en las extensiones marinas.  Las avanzadas tecnologías de pesca han contribuido enormemente a la rápida devastación de las poblaciones de peces marinos.
Tecnologías como el arrastre de fondos y extensas líneas de palangres han destruido indiscriminadamente hábitats completos de especies mar adentro que han devastado poblaciones de delfines, ballenas, tortugas marinas, aves marinas etc.
“Cuando el destino nos alcance” parecía que esta película producida en 1973 era una cienica ficción imposible de alcanzar.  A estas alturas de la devastación oceánica estamos a un paso del “soylent green”.