jueves, 27 de marzo de 2014

¿Qué le pasa a los océanos?


Sé que ya he hablado sobre la acidificación de los océanos y la gran catástrofe que esta traería a las especies marinas y por consiguiente, a la humanidad.

En aquella ocasión comentaba que la acidificación ocasiona que los foraminíferos, micro algas que tienen estructuras calcáreas, comienzan a tener problemas para construir estas conchas de calcio.

Sin embargo, hay ya varios factores que están haciendo que nuestros océanos se estén convirtiendo poco a poco en cuerpos líquidos desprovistos de vida.

Brevemente; el incremento del bióxido de carbono en el mundo y el extenso contacto que la atmósfera tiene con los océanos, ha permitido la reacción química H2O mas CO2 = H2CO3, esta sustancia es el ácido carbónico y está continuamente produciéndose en la superficie del mar junto con el bicarbonato (HCO3)-  y el carbonato (CO3)-2.  Al saturarse la superficie oceánica con estas sustancias, crea una falta de calcio necesario para la construcción de las conchas calcáreas de los foraminíferos (fitoplancton), de los corales, de los crustáceos (camarones, langostas) y bivalvos (almejas, mejillones, etc.). 

Sobrepesca de los grandes peces; esta sobre-explotación ha derivado en el aprovechamiento de los peces del escalón trófico inmediato inferior como son los peces medianos y pequeños.  Las artes de pesca utilizadas han destrozado gran cantidad de hábitats en los océanos, lo más terrible es el “trolling” que al raspar el suelo oceánico lo deja totalmente desnudo sin posibilidad de recuperación.  Esta sobrepesca ha permitido dos cosas:  El incremento de organismos nidarios (medusas) y que el fitoplancton ya no sea aprovechado por nauplios y alevines de las diferentes especies marinas, éste a su vez al morir sin ser aprovechado cae al fondo marino produciendo una sustancia viscosa que impide el crecimiento de otras especies haciendo del suelo oceánico un páramo.

Por otro lado, el océano recibe millones de toneladas de productos tóxicos antropogénicos que han estado produciendo áreas sumamente tóxicas en él, a esto le adicionamos millones de toneladas de plásticos que al ser erosionados por las mismas fuerzas mecánicas que erosionan las rocas, han fraccionado el plástico a niveles moleculares y este está siendo consumido por las diferentes especies del zooplancton.

El océano produce alrededor del 50% del oxígeno en nuestro planeta, son precisamente las grandes cantidades de micro algas, como los foraminíferos, que permiten este exceso de oxigeno en el planeta, oxígeno necesario para respirar y para proteger el planeta del los rayos ultravioleta del sol.  Las sustancias tóxicas que son incorporadas a la cadena trófica incrementan su toxicidad en cada eslabón de esta por lo que pronto estaremos comiendo productos del mar tóxicos.

Si seguimos con este ritmo de explotación de los productos del mar, en 50 años no habrá mas que medusas en el mar.  Mientras nos siga importando poco lo que pase en nuestro medio ambiente, estaremos asegurando nuestro fallecimiento como especie.
 
 

sábado, 1 de marzo de 2014

Un cuento de abejas


“Can´t catch a break”
“Can´t win by loosing”

Las abejas son parte importante de un grupo de insectos denominados “polinizadores”, como es de todos sabido estos insectos son parte integral en la cadena de reproducción, distribución y generación de las plantas.  Sin la entopolinización, aproximadamente un tercio de los cultivos aprovechados por el hombre tendrían que ser polinizados con otros mecanismos y la producción total de cosechas se reduciría en un 75%.

Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), de 100 especies de cultivo que proporcionan el 90% del alimento en el mundo, 71 se polinizan gracias a las abejas.

El beneficio económico de la entopolinización se calcula en más de 270 mil millones de dólares, pero si la entopolinización dejara de existir, no habría forma de sustituirla y su valor entonces se torna incalculable.

Por otro lado, las abeja mielíferas (Apis mellifera) son sumamente apreciadas por su producción de miel.  Se sabe que ya los antiguos egipcios recolectaban  y comercializaban la miel y la cera de abejas.  Anteriormente, la colecta de miel resultaba en la muerte de toda la colmena pero en 1851, el descubrimiento del principio del espacio en las abejas permitió saber que si se respeta este espacio se permite la recolección de la miel sin destruir la colonia.

La miel tiene funciones medicinales y nutritivas además de ser utilizada en la elaboración de diversos productos derivados.  Las importaciones de miel de abeja en el mundo tuvieron un valor de  1.45 mil millones de dólares (en el 2010), siendo Alemania el principal importador y Argentina el principal productor seguido por Estados Unidos y la misma Alemania.  El crecimiento del mercado de la miel ha sido vertiginoso en los últimos años promediando un 15% de crecimiento anual (entre 2006 y 2010)

Hace aproximadamente 8 años las poblaciones de abejas mielíferas empezaron a disminuir alarmantemente al identificarse el llamado “desorden del colapso de colmenas”.  Las abejas empezaron a morir en masa sin causa aparente.  Según las investigaciones científicas, el culpable principal es el uso de insecticidas, sobre todo, los insecticidas llamados “neonicotinoides” que son insecticidas sistémicos que envenenan a la abeja cuando esta consume el agua exudada por la planta.  Otros factores han sido las enfermedades que atacan a la abeja y un tercer factor que se maneja, es las ondas emitidas por los teléfonos celulares. 

El futuro de las abejas se ve sombrío y la catástrofe ambiental que sobrevendría por la falta de un agente importante de polinización sería tremenda.  Necesitamos cambiar nuestra forma de ver a las abejas, si ves una colmena, no la mates.  Si puedes, cultiva plantas que producen azahares que le permitan a la abeja estar saludable y no utilices insecticidas sistémicos.