“Can´t
catch a break”
“Can´t
win by loosing”
Las abejas son parte importante de un grupo de
insectos denominados “polinizadores”, como es de todos sabido estos insectos
son parte integral en la cadena de reproducción, distribución y generación de las
plantas. Sin la entopolinización, aproximadamente
un tercio de los cultivos aprovechados por el hombre tendrían que ser
polinizados con otros mecanismos y la producción total de cosechas se reduciría
en un 75%.
Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para
la Alimentación y la Agricultura), de 100 especies de cultivo que proporcionan
el 90% del alimento en el mundo, 71 se polinizan gracias a las abejas.
El beneficio económico de la entopolinización se
calcula en más de 270 mil millones de dólares, pero si la entopolinización
dejara de existir, no habría forma de sustituirla y su valor entonces se torna
incalculable.
Por otro lado, las abeja mielíferas (Apis mellifera) son sumamente
apreciadas por su producción de miel. Se
sabe que ya los antiguos egipcios recolectaban y comercializaban la miel y la cera de abejas. Anteriormente, la colecta de miel resultaba
en la muerte de toda la colmena pero en 1851, el descubrimiento del principio
del espacio en las abejas permitió saber que si se respeta este espacio se permite la recolección
de la miel sin destruir la colonia.
La miel tiene funciones medicinales y nutritivas además
de ser utilizada en la elaboración de diversos productos derivados. Las importaciones de miel de abeja en el mundo
tuvieron un valor de 1.45 mil millones
de dólares (en el 2010), siendo Alemania el principal importador y Argentina el
principal productor seguido por Estados Unidos y la misma Alemania. El crecimiento del mercado de la miel ha sido
vertiginoso en los últimos años promediando un 15% de crecimiento anual (entre
2006 y 2010)
Hace aproximadamente 8 años las poblaciones de abejas
mielíferas empezaron a disminuir alarmantemente al identificarse el llamado “desorden
del colapso de colmenas”. Las abejas
empezaron a morir en masa sin causa aparente.
Según las investigaciones científicas, el culpable principal es el uso
de insecticidas, sobre todo, los insecticidas llamados “neonicotinoides” que
son insecticidas sistémicos que envenenan a la abeja cuando esta consume el
agua exudada por la planta. Otros
factores han sido las enfermedades que atacan a la abeja y un tercer factor que
se maneja, es las ondas emitidas por los teléfonos celulares.
El futuro de las abejas se ve sombrío y la catástrofe
ambiental que sobrevendría por la falta de un agente importante de polinización
sería tremenda. Necesitamos cambiar
nuestra forma de ver a las abejas, si ves una colmena, no la mates. Si puedes, cultiva plantas que producen azahares
que le permitan a la abeja estar saludable y no utilices insecticidas
sistémicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario