sábado, 1 de marzo de 2014

Un cuento de abejas


“Can´t catch a break”
“Can´t win by loosing”

Las abejas son parte importante de un grupo de insectos denominados “polinizadores”, como es de todos sabido estos insectos son parte integral en la cadena de reproducción, distribución y generación de las plantas.  Sin la entopolinización, aproximadamente un tercio de los cultivos aprovechados por el hombre tendrían que ser polinizados con otros mecanismos y la producción total de cosechas se reduciría en un 75%.

Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), de 100 especies de cultivo que proporcionan el 90% del alimento en el mundo, 71 se polinizan gracias a las abejas.

El beneficio económico de la entopolinización se calcula en más de 270 mil millones de dólares, pero si la entopolinización dejara de existir, no habría forma de sustituirla y su valor entonces se torna incalculable.

Por otro lado, las abeja mielíferas (Apis mellifera) son sumamente apreciadas por su producción de miel.  Se sabe que ya los antiguos egipcios recolectaban  y comercializaban la miel y la cera de abejas.  Anteriormente, la colecta de miel resultaba en la muerte de toda la colmena pero en 1851, el descubrimiento del principio del espacio en las abejas permitió saber que si se respeta este espacio se permite la recolección de la miel sin destruir la colonia.

La miel tiene funciones medicinales y nutritivas además de ser utilizada en la elaboración de diversos productos derivados.  Las importaciones de miel de abeja en el mundo tuvieron un valor de  1.45 mil millones de dólares (en el 2010), siendo Alemania el principal importador y Argentina el principal productor seguido por Estados Unidos y la misma Alemania.  El crecimiento del mercado de la miel ha sido vertiginoso en los últimos años promediando un 15% de crecimiento anual (entre 2006 y 2010)

Hace aproximadamente 8 años las poblaciones de abejas mielíferas empezaron a disminuir alarmantemente al identificarse el llamado “desorden del colapso de colmenas”.  Las abejas empezaron a morir en masa sin causa aparente.  Según las investigaciones científicas, el culpable principal es el uso de insecticidas, sobre todo, los insecticidas llamados “neonicotinoides” que son insecticidas sistémicos que envenenan a la abeja cuando esta consume el agua exudada por la planta.  Otros factores han sido las enfermedades que atacan a la abeja y un tercer factor que se maneja, es las ondas emitidas por los teléfonos celulares. 

El futuro de las abejas se ve sombrío y la catástrofe ambiental que sobrevendría por la falta de un agente importante de polinización sería tremenda.  Necesitamos cambiar nuestra forma de ver a las abejas, si ves una colmena, no la mates.  Si puedes, cultiva plantas que producen azahares que le permitan a la abeja estar saludable y no utilices insecticidas sistémicos.

 




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