domingo, 8 de septiembre de 2019

Focena en México






En todo el mundo es evidente que las acciones generadas por los humanos han puesto enorme presión en la supervivencia de las otras especies.


La extinción se encuentra a unos pasos de cobrar más especies en esta época contemporánea que en ninguna otra en la historia de la humanidad. 


Cada historia de extinción relacionada con los humanos es una terrible tragedia  que pudo ser prevenida.  Pero ninguna de ellas me es más personal que la inevitable extinción de la “vaquita”.


Como es posible que ya sepan, la “vaquita” es una marsopa.  La más pequeña de todas.

Las marsopas, de acuerdo con la taxonomía de Linneo son del género Phocoena; y se distinguen del delfín porque tienen su nariz achatada.


No hay muchas especies del genero Phocoena en el mundo, acaso unas 6.

El nombre científico de la “vaquita” es Phocoena sinus y vive cerca de la desembocadura del Rio Colorado en la península de Baja California; México.  Es una especie endémica, no se encuentra en otro lado en el mundo.


Es el mamífero marino más pequeña que existe y, hoy por hoy, solo hay cerca de 20 individuos.



Hace 35 años, cuando empezaba mi carrera como Ingeniero Bioquímico en Recursos Acuáticos, tomé el curso de Mamíferos Marinos en donde se me dio a conocer la existencia de la “vaquita”.  Esta historia es una historia de horror a lo largo de estos 35 años.



Ya en ese entonces, la “vaquita” se encontraba en peligro de extinción, se supondría que habría esfuerzos por parte del gobierno federal y de los gobiernos estatales para protegerla.  Ninguno ha funcionado, y no por la falta de profesionales en la materia. 


En este tiempo, la presión al hábitat de la “vaquita” era enorme, se conjuntaban las grandes cantidades de agroquímicos vertidos al Rio Colorado, la construcción del acueducto del mismo rio ocasionando una terrible devastación ambiental, la pesca ilegal de los grandes barcos pescadores provenientes de Corea y Japón, el uso indebido de artes de pesca de los pescadores locales, la pesca ilegal de la totoaba.


Cuando salí de carrera en 1988, el gobierno federal en su infinita sabiduría extingue la Secretaria de Pesca y Banco de Pesca.  Los incorpora a la supersecretaria de Desarrollo Urbano y Ecología y Medio Ambiente; los siguientes 15 años esta subsecretaria la modifican, le desincorporan Desarrollo Urbano, la re-estructuran según las políticas sexenales en turno y se convierte en lo que es hoy SEMARNAT.

No hay ningún área de la actual SEMARNAT que tome decisiones determinantes en la protección de la “vaquita”, ¿Será acaso la CONABIO?



Tampoco veo acciones intersecretariales para protegerla. 

Parece que las presiones humanas que hace 35 años amenazaban a la “vaquita” y que nunca fueron legisladas, disminuidas o terminadas han hecho lo que esperábamos iba a suceder.


Las organizaciones privadas internacionales de protección del ambiente marino se presentaron en el final de la década de 2010.  Un gran esfuerzo que no se ve que tenga éxito, y lo que más me sorprende negativamente, es el asalto a mano armada de los grupos de pescadores locales que no entienden, no quieren entender o les vale soberanamente un comino la extensión de este cetáceo.

La “vaquita” tiene echado su destino, los factores de su ecocidio son de sobra conocidos, la indolencia gubernamental, las presiones medio ambientales y la codicia.