sábado, 14 de enero de 2012

LA AMENAZA SILENCIOSA

Hace un par de décadas mi hermano Antonio me comentó de un interesante relato que quería hacer y que bosquejó en unas páginas, el relato lo intituló como “La mancha”.  Esta pequeña historia se trataba de cómo el esmog empezaba a crecer en las ciudades y comenzaba a tener vida propia.  Con una voluntad ya desarrollada, la “mancha” se extendía entonces a todos los lugares donde habitaba el ser humano creando una catástrofe de proporciones inimaginables.  Este cuento fue uno de tantos que teníamos en las pláticas de sobremesa y viene a colación por lo siguiente:

El incremento masivo de bióxido de carbono en nuestro planeta es una condición iniciada por la actividad humana con el advenimiento de la era industrial que a escasos poco más de 200 años de haberse comenzado ha sido precursora de la extinción masiva de biodiversidad que algunos científicos han denominado como la sexta extinción masiva de organismos actualmente en marcha.  Este tremendo incremento en el bióxido de carbono ha incrementado la presencia de ácido carbónico en los océanos.

Para ponerlo en perspectiva, si has tenido alguna vez un acuario, sabrás que los peces que tienes dentro de él no pueden resistir un cambio brusco de pH (concentración de ion Hidrógeno en el agua), y tienes que aplicar papel tornasol y unas gotas de una sustancia para tener el pH del agua en el nivel de pH 7 o de color verde ligero en el papel tornasol que permite la supervivencia de los peces.  Un ligero cambio en el pH (acido o básico) matará a todos los peces en la pecera.

Volviendo al océano, este acido carbónico ha empezado a causar estragos en los organismos del plancton que es la base de la cadena trófica marina.  El mar acido no permitirá crear caparazones en muchos organismos como los foraminíferos en el plancton, las almejas, caracoles, camarones, cangrejos, corales.  Estos últimos son tan delicados que son los bioindicadores naturales por excelencia de que algo está mal en el mar.  Ya hay registros suficientes que la Gran Barrera de Coral en Australia está afectada en un 60 %.  Esto quiere decir que en un tiempo tan escaso como 20 años, esta barrera de coral estará extinta junto con todos los seres vivos que alguna vez albergó.

La extinción de fitoplancton por el incremento del pH, tendrá enormes repercusiones en el zooplancton que se alimenta del primero y sobre los estadios larvales de peces que son considerados parte de las pesquerías comerciales.  Eso no es todo, el fitoplancton es el responsable de procesar cerca del 25% del bióxido de carbono emitido por las actividades humanas además de proporcionar más de la mitad del oxígeno necesario para nuestra subsistencia; no se necesita ser genio para saber que pasaría si el fitoplancton se daña mas allá de su nivel de recuperación.  La acidez en el océano será una catástrofe más para la biodiversidad y una amenaza directa para nosotros mismos mas como no hay derrumbes o destrucción de edificios o inundaciones relacionadas a esta, va silenciosamente incrementándose sin que le pongamos atención.

El gran desafío para el hombre es tratar de dar marcha atrás a esta acidificación.  Esto debería de comenzar a hacerse ya.  Por ahora, los programas de protección al medio ambiente se encuentran en cierto sentido en crisis como resultado de los movimientos de especulación financiera mundial.  Cuidar nuestro planeta no es una actividad financiera con un retorno de inversión fácil y rápida.  Aunque no lo queramos creer y como lo he expresado antes, no hay otro planeta para echar a perder, por lo que todo esfuerzo mundial dirigido a parar este proceso es importante para nosotros mismos.
Mientras tanto, a falta de presupuesto podríamos practicar el Ho´oponopono por nuestra Tierra y nuestro Océano.