sábado, 12 de julio de 2014

Raju y Satao


Hace aproximadamente unos cuatro días tuve la oportunidad de ver un par de noticias que en especial me hicieron reflexionar profundamente sobre las características humanas; en especial, las basadas en la ética y moral.  Las dos historias contienen elementos terribles de vileza y avaricia humana así como de misericordia y humanismo.

En el mes de junio, se dio a conocer la noticia que el elefante llamado “Satao” había muerto.  Satao era un elefante africano del género Loxodonta.  El era parte de la fauna del gran parque de Tsavo en Kenia y era el orgullo del parque porque representaba el éxito de los esfuerzos de conservación del parque.  Sus colmillos eran tan grandes que casi tocaban el suelo y era de los últimos “tuskers”. 

 A sus 45 años era uno de los elefantes machos más grandes y majestuosos de Tsavo Y sin duda el más conocido por los Turistas y los guardias del parque.  Pero sus colmillos representaban una pequeña fortuna para alguien. Hay anécdotas que registran que haciendo gala de su gran inteligencia Satao solía esconderse y esconder sus grandes colmillos para evitar ser cazado por los cazadores furtivos.  Al final, Satao perdió la batalla contra la avaricia y el deseo mezquino de algún comprador (se supone de Tailandia, China o Vietnam), de poseer los impresionantes colmillos de Satao.

La administración del parque indica que Satao ya había tenido diferentes enfrentamientos con los cazadores furtivos que estuvieron utilizando lanzas y flechas envenenadas para acabar con su vida. En por lo menos una ocasión, el equipo veterinario del parque atendió a Satao de sus heridas para sacarlo adelante.  Tiempo después  Satao murió, murió a principios de junio víctima de las acciones ilegales de los cazadores furtivos que tuvieron que perseguirlo durante cerca de 100 kilómetros.  Una vez en el suelo, los cazadores le destrozaron la cara para quitarle los colmillos con valor calculado a 100,000 euros.

Durante 45 años Satao fue cuidado en el parque, pero la tecnología, el afán de lucro, los grupos de cazadores furtivos desbocados lograron por fin el estúpido objetivo.  Los cazadores que tiraron las lanzas que lo mataron han de haber recibido un máximo de 100 euros entre todos que seguramente se beberán en una cantina en un fin de semana.  Los intermediarios ganarán la gran parte del valor de los colmillos que terminarán decorando una casa millonaria de una persona desprovista de todo sentido de conservación y de respeto a la vida salvaje.





La otra noticia se refiere a Raju.  Raju es un elefante indio de la especie Elephas maximus, que ha vivido durante 50 años en cautiverio.  Su historia se encuentra plagada de vejaciones y abusos por parte de los seres humanos.  Fue vendido en incontables ocasiones para hacer el trabajo que se le indicaba cada vez.  Terminó siendo un elefante que era utilizado para pedir limosna en una especie de circo. 

La historia de su liberación indica que unos activistas en protección ambiental lo vieron totalmente desnutrido y atado con una especie de cadena con clavos que se le enterraban cada vez que caminaba.  Los “dueños” de Raju no querían dejar ir al elefante y lo amarraban todas las noches con una serie de cadenas muy ajustadas al cuerpo de Raju. 

Una noche al principio de este mes de julio, dos personas se acercan a Raju, una filma y la otra corta y deshace los nudos y las cadenas que tiene en las patas.  Raju está totalmente atento a las acciones de estas personas.  Al quitarle la cadena de clavos de las patas, los rescatistas reportan que Raju lloró.  Para poder liberar a Raju fue necesaria la intervención de 10 expertos en vida animal y 30 oficiales de la ley.  Fueron necesarias ocho horas para liberarlo

Raju está ahora en un santuario que es administrado y dirigido por esta asociación protectora de elefantes en la India



Estos dos hechos desnudan terriblemente el quehacer humano frente a los otros seres vivientes del planeta.  Crueldad, avaricia, salvajismo, altruismo, misericordia, gratitud.  Bien dice aquel famoso cuento Sioux.  El lobo que tu alimentas es aquel que ganará la batalla entre el lobo malo (odio, ira, envidia, celos), y el lobo bueno ( alegría, paz, amor, esperanza, compasión).  ¿Qué lobo desearías alimentar tú?