martes, 27 de diciembre de 2011

¿El fin de la danza del venado…?

En estos tiempos modernos donde las especies silvestres se encuentran todas en algún tipo de protección debido al decremento de sus poblaciones la pregunta sobre cazar deportivamente una especie sugiere una reflexión más profunda.
Cazar era inherente a las actividades normales de las poblaciones humanas nómadas que tenían que complementar su dieta con la ingestión de proteínas animales.  Con el advenimiento de la ganadería esa necesidad de caza dejó de existir para dar paso a la caza por diversión o la llamada caza “deportiva.”
El turismo de caza en países normalmente considerados “en desarrollo” ha sido considerado una buena fuente de divisas internacionales ya que cada individuo por cazar tiene un precio y un nivel de trofeo en el circuito de caza internacional.  Sin embargo, la mayoría de los países en” vías de desarrollo” no cuentan con un cuerpo de recursos humanos suficientemente robusto para hacer valer la ley y los reglamentos de caza y pesca.
En México se tienen diversas especies consideradas como buenos trofeos de caza, entre ellas se encuentra en especial el Venado Cola Blanca (Odocoileus virginianus) que a su vez  se subdivide en 14 subespecies.  El venado cola blanca se distribuye en casi toda la república mexicana con excepciones en las dos Baja Californias y en el desierto de Chihuahua (Hall, 1981).  Hay diversos ranchos cinegéticos que los mantienen como parte de la oferta presentada al cazador. 
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales ha publicado extensamente documentos y manuales encaminados al manejo sustentable de este venado, de hecho en su norma NOM 059 no lo tiene listado como especie amenazada, en peligro o en protección especial.  Sin embargo no hay datos recientes de la población actual de este.  Según algunos datos del 2007 la subespecie yucateca se encuentra casi extinta, así parece ser también para la subespecie miquihuanensis.  No se necesita ser sabio para saber que las poblaciones de este hermoso animal han decrecido.  Entre los factores que han contribuido a su disminución se encuentra en especial la ganadería y la agricultura que presionan sus espacios vitales y disminuyen su hábitat.   La caza irresponsable y la continua persecución de este animal es también un factor importante.
No debe tomarse la falta de información como determinante para decidir que una especie es susceptible de aprovechamiento cinegético.  Observaciones no enmarcadas en una metodología encaminada para determinar poblaciones no pueden ser tomadas como válidas. 
El venado es parte intrínseca de la cultura del mexicano.  Los excelentes platillos culinarios, la fascinación que se tiene de este en las culturas prehispánicas, el que se encuentre en las canciones folklóricas mexicanas demuestran que hubo una vez en que lo considerábamos importante en nuestra vida.
Perderlo será otra ablación más a nuestra cultura mexicana.  ¿Podremos combatir nuestros impulsos más básicos y darle una mejor oportunidad?  ¿Estaremos dispuestos a sacrificar nuestro egoísmo para que nuestros nietos puedan disfrutar de una caza responsable?  Nuevamente, la respuesta se encuentra en cada uno de nosotros.

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